ONDAS GRAVITACIONALES.
EN MEMORIA DE MILEVA MARIC
MUJERES EN LA CIENCIA
Debemos tomar conocimiento de lo oculto
por épocas maliciosas!!!
“Ella” es la verdadera madre de la
teoría de la relatividad y de las Ondas Gravitacionales que hoy tiene al mundo
conmocionado por el gran descubrimiento!!!
Seguramente para muchos resultará un
utopía creer!!!
La mujer que Einstein se negó a
reconocer y nunca quiso declarar, la
mujer que la historia patriarcal borró de sus páginas como a tantas otras!!!
Es una obligación de la ciencia
mencionarla, que se destape la realidad para todo el mundo!!!
Por todas nosotras empecemos a descubrir
sin temores la verdad!!!
ONDAS GRAVITACIONALES.
EN MEMORIA DE MILEVA MARIC
Un grupo de científicos ha demostrado
esta misma tarde la existencia de las ondas gravitacionales y el mundo entero
is living a celebration. Los responsables de este experimento llamado Laser
Interferometer Gravitational-Wave Observatory -LIGO, el Álvaro Reyes de la
física- abren una nueva era en el conocimiento de la astronomía. Las ondas
gravitacionales son unas ondulaciones del espacio-tiempo producidas por un
cuerpo masivo acelerado, como las olas que se forman en el río cuando tiras un
cadáver a las cinco de la mañana. Además, la frecuencia de algunas de estas ondas
coincide con las del sonido, permitiéndonos así ser radioyentes del Spotify del
universo.
Este descubrimiento está resultando ser
uno de los hallazgos más importantes del siglo XXI, que si lo piensas bien sólo
llevamos 15 años dentro de él y tampoco es para tanto.
Pero me parece más importante hablar de
otra cosa, alejada, si así lo queréis, de la ciencia. Sostengo mi tesis en la
experiencia de una vida entera coexistiendo en el patriarcado, el más empírico
de todos los métodos científicos. Allá voy.
Las portadas de los diarios, boletines,
gacetas y rotativos vuelven a ovacionar a Albert Einstein con el descubrimiento
de las ondas gravitacionales, ese entrañable abuelito de pelo cano que saca la
lengua en los pósters que puedes comprarte en el Rastro por 6,99e. ¿Por qué
esto supone tanta rabia en el cuerpo de esta sexy feminista? Porque hoy no
solamente es el día en que el mundo celebra el descubrimiento de estas ondas,
hoy el mundo también reivindica el Día Internacional de la Mujer en la Ciencia y
parece que se nos ha olvidado.
La historia científica, como buena
hermana de cualquier rama histórica, parece olvidar en todo momento la mitad de
cada narración.
Mileva Maric se gradúa en el año 1890,
obteniendo la máxima calificación en Física y Química. Es aceptada como
estudiante privada en el Colegio Real de Zagreb como excepción puesto que el
centro sólo admitía hombres. En 1896 sería la quinta mujer que consigue acceder
al Instituto Politécnico de Zúrich y continúa sus estudios de física y
matemáticas. Allí conoce al que años más tarde sería su marido, Albert
Einstein.
En 1901, Mileva queda embarazada, lo que
la impide terminar el único examen que le queda para concluir sus estudios. Se
recluye en la casa de su hermana y Albert la presiona para dar en adopción a la
niña puesto que no sería hasta dos años más tarde que se casaran y él no podía
consentir esa deshonra. Jamás admite a su propia familia que ha sido padre.
Mileva Maric
Ella continúa sus investigaciones sobre
la teoría de los números, cálculo diferencial e integral, funciones elípticas,
teoría del calor y electrodinámica. También trabaja junto a su compañero en lo
que conocemos hoy como la Teoría de la Relatividad. En toda la correspondencia
que encontramos tanto de Albert como de Mileva, podemos leer que ambos hablan
de la autoría conjunta de la Teoría, de hecho su inicio se encuentra en la
tesis que Mileva escribe y presenta al profesor Weber, en la propia universidad
de Zurich.
En los años de matrimonio y de
elaboración de la Teoría de la Relatividad, Albert Einstein da clases,
conferencias de física y tiene sexo con guapas amantes, entre ellas su propia
prima. Mientras, Mileva Maric cuida de la casa, alimenta a su familia, gestiona
la economía doméstica, cría a dos hijos (uno de ellos con una fuerte lesión
cognitiva) y ayuda a Einstein en la preparación de esas clases y conferencias.
Cuando se mudan a Berlín, el maltrato al
que somete a Mileva llega al máximo límite de violencia llegando a escribir
estas aberrantes imposiciones de convivencia:
Tendrás que encárgate de que:
Mi ropa este siempre ordenada.
Se me sirvan tres comidas diarias en mi
cuarto.
Mi dormitorio y mi estudio estén siempre
en orden y de que nadie toque mi escritorio.
Debes renunciara todo tipo de relaciones
personales conmigo, con excepción de aquellas requeridas para el mantenimiento
de las apariencias sociales.
No debes pedir que:
Me siente contigo en casa.
Salga contigo o te lleve de viaje.
Debes comprometerte explícitamente a
observar los siguientes puntos:
No debes esperar afecto de mi parte y no
me reprocharas por ello.
Debes responder inmediatamente cuando te
dirija la palabra.
Debes abandonar mi dormitorio o mi
estudio en el acto.
Prometerás no denigrarme cuando así te
lo demande yo ante mis hijos, ya sea de palabra o de obra.
En 1919, Mileva Maric consigue negociar
durante el divorcio que si a Einstein le nombran Premio Nobel, le tendría que
dar parte del premio en reconocimiento a su trabajo. Cuando llega el momento y
finalmente es premiado con el máximo reconocimiento en el mundo de la física,
Albert Einstein le entrega a su exmujer, con todo el odio de su corazón, la
cantidad íntegra del Nobel quizá por miedo a que lo destapara. Ella utiliza
este dinero para el tratamiento de la esquizofrenia de su segundo hijo.
En 1936, Albert Einstein llega a negar
las ondas gravitacionales que hasta ese momento habían formado parte de la ya
famosísima teoría, cosa que jamás hace Mileva.
Muere sola en el hospital en 1948, pero
hace mantener en su lápida el apellido Einstein como forma de reivindicar que
ella es la madre de la Teoría de la Relatividad y la verdadera merecedora del
Premio Nobel de Física.
En memoria a la madre de las ondas
gravitacionales, Mileva Maric.