El NUEVO DESPERTAR DE LA DIOSA - 2ª PARTE
Vírgenes o Brujas
Se dijo que María,
la madre de Cristo, era la mujer más enaltecida de la historia. La escritora
Elinor Gadon va un poco más allá: “La Virgen María es la imagen más venerada de
la cultura occidental”, dice. Sin embargo, el que su recuerdo haya sobrevivido
es un milagro y un tributo a la necesidad secular de venerar la Sagrada
Feminidad.
La versión
“oficial” (canónica) de la Biblia cristiana elaborada por los que se hicieron
llamar “Padres de la Iglesia” en el siglo IV contenía pocas referencias a
María, la madre de Jesús, en los Evangelios. Los relatos sobre María aparecen
en la literatura popular apócrifa.
Pero el
renacimiento de María, siglos después durante a Edad Media, satisfizo la
necesidad, por tanto tiempo reprimida, de venerar a la Diosa, su sabiduría
acerca de la tierra y sus poderes sanadores. Hacia el siglo XII, los peregrinos
y los cruzados que regresaban de Bizancio trajeron consigo la costumbre de
venerarla. Por ese mismo tiempo se recopilaron los relatos sobre María en La leyenda dorada, obra muy
popularizada de Jacobo de Varagine.
El poder de la
Virgen alcanzó su cenit en los siglos XII y XIII.
Entre 1170 y 1270,
tan sólo en Francia se construyeron ochenta catedrales, entre ellas la de
Chartres, dedicada a Nuestra Señora (Notre Dame).
“La Virgen asumió
gradualmente gran parte del poder da la Diosa” – dice Gadon – “Los altares y
templos de la Diosa fueron dedicados a la Virgen”. Las grandes catedrales
góticas se construyeron en lugares sagrados de la Diosa, agrega. Para las
mujeres no había mayor diferencia entre orar a la Diosa o a la madre Virgen.
Ofrecían “pasteles y vinos” a María, al igual que los habían ofrecido a la
Diosa.
Pero la Virgen
representaba un verdadero problema para los teólogos. ¿Qué debían hacer con su
útero y sus senos, los cuales, para complicar las cosas, eran símbolos de la
Diosa cuya memoria aún luchaban por erradicar? La única forma era reconocerle
la maternidad pero negarle a la vez cualquier tipo de sexualidad humana. De ahí
la Madre Virgen.
Muchas Diosas,
entre ellas Venus, Ishtar, Astarté (quién disfrutó de muchos encuentros
sexuales), fueron llamadas “vírgenes” en el sentido de “integrar en sí mismas”,
de “ajenas al dominio masculino”. La cristiandad, con su énfasis renovado en
una espiritualidad completamente desprovista de lo físico o sexual, alteró
totalmente el significado aceptado, agregando la noción de virginidad sexual y
produciendo un divorcio entre la humanidad - especialmente las mujeres – y la
sexualidad.
“La sexualidad y
la maternidad virginal (de María) hacen imposible que cualquier mujer sea
virtuosa, poderosa y sexual al mismo tiempo”, escribe Gadon. El contraste entre
María la Virgen y María Magdalena, a quien todavía se moteja de prostituta y no
se le reconoce su importante papel como discípula, establece una polarización
falsa entre virgen y ramera, que impide a las mujeres experimentar su
sexualidad natural.
En el culto a la
Virgen hubo gran influencia de las diosas de la antigüedad: la diosa egipcia
Isis, a la cual se representa amamantando a su hijo Horas, era bien conocida en
la Europa precristiana y pudo haber sido la precursora del culto a la Virgen
Negra en Francia. La diosa griega Deméter da a luz una hija: Perséfone. Esa
hija sufre la muerte, desciende a los infiernos y resucita. También se asocia a
María con Artemisa: se dice que pasó sus últimos años en el santuario de
Artemisa en Éfeso (en la actual Turquía), desde donde supuestamente se efectuó
su asunción al cielo. En el Concilio de Éfeso, en el año 431, fue proclamada
“Madre de Dios”.
No es que la Diosa
haya sido negada por la cristiandad, o al menos por el catolicismo, sino que
recibió otro nombre y fue despojada de su sexualidad.
HORRORES DE LA
HISTORIA
La subordinación producto
de la barbarie ejercida desde tiempos remotos a lo masculino, eliminó la figura y el mito de
las diosas, dando paso a las “vírgenes”, veneradas sí, pero condicionadas a ser
única y exclusivamente madres terrenales de los verdaderos dioses. Este
fenómeno milenario va configurando con el paso del tiempo las representaciones
de las religiones actuales.
Las fuentes de
conocimientos les fue vedado a las mujeres lentamente, se las fue reduciendo a
las cocinas, a los quehaceres domésticos, al cuidado de niños y al encierro
(ámbito privado) y más tarde a los conventos (ámbito público, pero bajo control
de una cúpula sacerdotal concretamente masculina).
Lo relevante, lo
verdaderamente importante de esta subordinación, no se contempla sino hasta el
momento en que se condenó y
expropió el cuerpo de la mujer, convirtiéndolo en un mero objeto
masculinizado dando mayor importancia a la apariencia externa del mismo –según
el patrón de belleza establecido en el contexto histórico- pero enfocado
principalmente a su función reproductiva como expuse en otra de las conclusiones
y es en esta “invasión-apropiación” donde las instituciones y poderes públicos
desde una perspectiva patriarcal ejercen el control más desmesurado sobre el
cuerpo y sexualidad femenina adornandolo y adecuándose en función de la
conquista al gusto exclusivamente masculino.
Para un control
definitivo de la situación, millones de mujeres fueron detenidas, torturadas,
sacrificadas y asesinadas en un espacio de tres siglos, acusadas de ser brujas,
curanderas, alquimistas o parteras, de este modo se enterraban los
conocimientos adquiridos durante siglos.
Algunas mujeres
voluntaria o involuntariamente, optaron por la vida monástica ante la
posibilidad de aprender a leer y escribir. Mientras, los poderes reguladores
como la iglesia y el estado implementaban pautas patriarcales en las sociedades
dirigidas a minimizar y encorsetar el rol de la mujer relegadas a una total
servidumbre.
De cierta manera
todos estos vestigios están llevando, todavía en pequeña escala, a una
reinterpretación de la historia de la humanidad, según lo señalan los textos de
La Dra. Riane Eisler ‘’ El Cáliz y la Espada ’’, y "El Placer Sagrado’’,
en dos tomos; de la escultora e historiadora Merlin Stone, ‘’When God was a
Woman’’: ‘’Cuando Dios fue Mujer’’ y el libro de varias autoras, ‘’Del Cielo a
la Tierra, Una Antología Feminista’’.
La Dra. Riane Eisler
expone la inquietante teoría de que el apogeo de la veneración a María en el
siglo XIII fue seguido por una contracorriente cíclica en contra de las
mujeres, la cual culminó en el holocausto de los juicios, de las persecuciones
y de las ejecuciones por brujería durante los siglos XVI y XVII. A finales del
siglo XV, el papa Inocencio VIII declaró que la brujería era herejía. En 1486,
dos frailes dominicos publicaron el
Malleus Maleficarum, o Martillo de las brujas, manual que se utilizó
durante los dos siglos y medio que siguieron. Cerca de nueve millones de
personas, la mayoría mujeres, fueron torturadas y sacrificadas denomina la
“constelación de creencias y prácticas que hemos aprendido a reconocer como
propias de la Diosa”.
“El terror era
indescriptible” – escribe Starhawk-, “Una vez denunciada” (...) La mujer
sospechosa de brujería era arrestada sorpresivamente, sin aviso, y no regresaba
jamás a su casa (...) Se practicaron todas las atrocidades imaginables; el
potro, las empulgueras, las “botas” que rompían los huesos de las piernas, las
palizas inmisericordes (...) Los cazadores de brujas y los informantes recibían
una recompensa por cada condena, y muchos encontraron en esa actividad una
carrera lucrativa”.
Fue una época de
persecución contra las parteras, las herbolarias, las adivinas, las viudas y
las solteronas. Starhawk agrega esta lista las beldades de las aldeanas que
rechazaban las propuestas de los señores poderosos. Reinaba el terror absoluto.
Toda persona un poco extraña podía ser acusada de brujería y, una vez acusada,
corría el riesgo de ser torturada, colgada, quemada viva o, si tenía suerte,
estrangulada primero.
“Después de los
juicios de 1585, dos aldeas de la diócesis de Traer, en Alemania, quedaron con
sólo una mujer cada una”. En algunas aldeas no quedó ni una sola mujer, escribe
Starhawk.
Se cree que los
juicios de Salem (Massachussets) en 1692, fueron el último hálito de la
persecución.
Mientras
religiones y creencias señalaban lícitos caminos de evolución espiritual, las
"iglesias" (como dice su etimología, "ekklesía": "reunión
de hombres"), es decir una institución estructurada
desde un solo punto de vista, el masculino, esa creencia es de por sí, una herramienta
indispensablemente funcional al Sistema dominante patriarcal.
Una nueva espiritualidad
nos ha devuelto a las mujeres el derecho a la libertad de culto, después de
largos siglos de continuidad, de estar vedado nos hizo incursionar nuevamente, en
el origen de lo Divino Femenino, despojándonos del velo que cubría el nexo con
nuestro propio génesis, y por fin se está desintegrando el poder que ejercía una
autoridad religiosa masculina o gurú iluminado que defina en qué debemos creer
las mujeres y cómo hacerlo.
Bibliografía Consultada:
1.- El
cáliz y la espada: Dra. Riane Eisler - Nacida en Viena, emigró a Estados Unidos
donde estudió sociología y antropología en la Universidad de California, Los
Angeles, graduándose con honores y titulándose más tarde de abogada en la misma
Universidad.
Es
autora de numerosos libros tales como "El cáliz y la Espada", The Partnership Way, Placer Sagrado y Tomorrow's Children (de
pronta aparición en español) que aplica el modelo Partnership (relaciones
solidarias) a la educación proporcionando una guía de educación desde el jardín
de infantes y a lo largo del toda la educación primaria. Todos sus libros han
sido considerado por la crítica como un valioso aporte a la humanidad.
Riane Eisler es
reconocida internacionalmente como una pensadora original y brillante cuya obra
pionera es tal vez el primer estudio que permite una visión integrada de
nuestro pasado, presente y futuro. Muchos la han calificado como una moderna
mujer del renacimiento.
Ha
impulsado campañas para que se legisle a favor de mujeres y niños y su labor
como investigadora y educadora ha sido ya reconocida en la Primera Enciclopedia
Mundial de la Paz. Sus conferencias en TV, universidades, centros comunitarios,
etc., son seguidas con entusiasmo en todos los países que visita.
La Dra.
Eisler fue galardonada como la única
mujer entre veinte grandes pensadores que incluían a Vico, Hegel, Spengler, y
Toynbee, Figura en Macrohistoria y Mascrohistoriadores, en reconocimiento a la
perdurable importancia de su trabajo.
***
2.-
Megatendencias de la Mujer 2000 – Patricia Aburdene y John Naisbitt (1993
EL RESURGIR DE LA
DIOSA***
EL RENACIMIENTO
El Vaticano Segundo deseaba
asegurarse de que María fuera presentada como “subordinada a su hijo” en las
enseñanzas de la Iglesia.
Pero en 1992 vuelve a resurgir la
veneración a María:
*Millones de personas de todo el
mundo, especialmente jóvenes, la veneran en multitudinarios santuarios.
*Las apariciones de la Virgen
son qué más frecuentes y de conocimiento público:
El Vaticano Segundo deseaba
asegurarse de que María fuera presentada como “subordinada a su hijo” en las
enseñanzas de la Iglesia.
Pero en 1992 vuelve a resurgir la
veneración a María:
*Millones de personas de todo el
mundo, especialmente jóvenes, la veneran en multitudinarios santuarios.
*Las apariciones de la Virgen
son qué más frecuentes y de conocimiento público:
1531. Guadalupe, México. Nuestra
Señora de Guadalupe. Vidente San Juan Diego Guadalupe, México. Nuestra Señora
de Guadalupe. Vidente San Juan Diego
1830. Rue
de Bac, Francia. Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Vidente: Santa
Catalina Laboure.
Aprobación equivalente en 1930 Rue de Bac, Francia. Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.
Vidente: Santa Catalina Laboure. Aprobación equivalente en 1930
1846. La Salette, Francia. Nuestra Señora de La Salette, Francia. Videntes: Melanie C. y Maximin G. Aprobada en 18511
1858.1858. Lourdes, Francia. Nuestra
Señora de Lourdes. Vidente: Santa Bernardita Soubirous. Aprobada en 1862
1876. Pellevoisin, Francia. Nuestra Señora del Carmelo. Vidente: Estela Faguete. Aprobada en 1983 Pellevoisin, Francia. Nuestra Señora del Carmelo. Vidente: Estela Faguete. Aprobada en 1983
1917. Fátima, Portugal. Nuestra Señora del Rosario.. Videntes: Sor Lucia, Beatos Jacinta y Francisco Martto. Aprobada en 1930
1932. (Beauraing) Bélgica, Madre de Dios. Videntes: 5 niños. Aprobada en 1949
1933. Banneux, Bélgica. Virgen de los Pobres. Vidente: Mariette Beco. Aprobada en 1942 Banneux, Bélgica. Virgen de los Pobres. Vidente: Mariette Beco. Aprobada en 1942
1953 Siracusa, Italia. Nuestra
Señora de las Lágrimas. Lacrimación (reconocida el
12 de diciembre, 1953)
Apariciones marianas autorizadas por la iglesia local, que permite su culto:
1798-1898. Lavang, Viet Namm. Nuestra Señora de Lavang. Videntes: Muchas personas por espacio de un siglo
1879. Knock, Irlanda. Nuestra Señora de Knock. Videntes: 15 personas
1945-1959. Amsterdam, Holanda. Nuestra Señora de todos los Pueblos. Vidente: Ida Peerdeman Amsterdam,
1947. L'Ile-Bouchard, Francia. Nuestra Señora de la Oración. Videntes: Cinco niñas de 7 a 12 años
1947. Roma, Italia (Abadía de Tre Fontane) Nuestra Señora de la Revelación. Vidente: Bruno Cornacchiola.
1947.
1968. Zeitoun, Cairo, Egipto Nuestra Señora de Zeitun. Vidente:Una multitud
1973. Akita,
Japón. Nuestra Señora de Akita.Akita, Japón. Nuestra Señora de Akita. Vidente:
Sor Agnes Sasagawa Vidente: Sor Agnes
Sasagawa
1976. Betania, Venezuela, María, Virgen y Madre Reconciliadora de Todos los Pueblos y Naciones. Vidente: María Esperanza Medrano de Bianchini
1980. Cuapa,
Nicaragua. Nuestra Señora de Cuapa. Vidente: Bernardo Martinez Cuapa.
1981 Kibeho,
Ruanda (Africa) Madre del Verbo. Vidente: 3 videntes
1982. Damasco, Siria Nuestra Señora de Soufanieh. Vidente: Mirna Nazour.
Única aparición
aprobada por obispos católicos y ortodoxos.
1983 San
Nicolás, Argentina. María del
Rosario de San Nicolás. Vidente: Gladys Quiroga de Mottaa
Aún no aprobadas
Nuestra Señora de Garabandal, España
Reina de la Paz, Medugorje,
Bosnia
*Se dice que el papa
Juan Pablo II atribuye a la Virgen la caída del comunismo y el resurgimiento
del culto religioso en la antigua Unión Soviética.
Sandra Schneiders,
profesora de la Unión de Postgrado en Teología concluye que “ha habido un
renovado interés por la investigación sobre la Diosa y por la divina feminidad como antecedente del dios masculino. Y tiene relación con la creciente
popularidad de la Virgen María”.
A
medida que las escritoras y artistas maduras validemos nuestro propio viaje a
la sabiduría, el rito de transición será cada vez más exaltado en todos sus
órdenes.
No hay
mujer sabia que tema a su padre, a su marido, al dios masculino o a la figura
varonil de la autoridad.
Algunas
veces, las mujeres acusan a la sociedad dominada por el hombre de mantener a la
sombra a las mujeres poderosas de edad al valorar únicamente la belleza de la
juventud. De ser así, la mujer sabia sólo podrá afirmar su condición validándose
a sí misma y con respecto a otras mujeres. “No hay fuerza terrena que controle
la osadía de una mujer de edad”.
Estamos
de acuerdo que los rasgos “femeninos” y “masculinos” son estereotipos
culturales y que la mayoría de las personas están sometidas a estos patrones.
Se dice que entre los rasgos “masculinos” los caracteriza la agresión, la competitividad,
el pensamiento y el comportamiento racionales, la sabiduría, el pensamiento de
lo práctico, la objetividad, el deseo de proteger, el heroísmo, la búsqueda de
metas, la valentía, el deseo de correr riesgos, el pensamiento lineal, la creatividad
en sus más altas manifestaciones y la capacidad de planear y organizar en gran
escala.
De las
mujeres se dice que son: pasivas, compasivas, formadoras, intuitivas,
cooperadoras, emotivas, subjetivas, poco prácticas, conciliadoras,
dependientes, sociables, simpáticas, empáticas, creativas en los niveles -“más bajos”- es decir, en materia artesanal y de decoración -, capaces de sentir los
ciclos y flujos naturales.
Muchas
mujeres rechazamos eso de ser pasivas, poco prácticas, y creativas en los – “niveles
más bajos” -, como rasgos inexactos o negativos que ilustran el concepto
masculino de la femineidad. En lo que se refiere a la lista masculina, pocas
personas vemos con buenos ojos la agresión y la violencia, uno de los rasgos
más característicos masculinos y también pensamos que la competitividad,
especialmente en el plano interpersonal, es nociva. La cuestión que las
personas (ambas) de éxito, poseemos una combinación de rasgos femeninos y
masculinos.
Y un
poco para finalizar por ahora esta publicación donde intento dar una visión
generalizada del despertar de la Diosa, durante los últimos años la mitología
de la Diosa surge entonces a fines del Siglo XX como la manifestación de ese
cambio social acelerado. Millones de mujeres en todo el planeta han rebasado
los límites de su propia evolución asumiendo papeles antes destinados
únicamente a los hombres, sin perder su propia identidad sino revalorizando su
propia autoestima.
La terapeuta Jean Napoli y la libretista Donaleen Saul, escribieron una obra crítica estimulante acerca del movimiento de la Diosa y dicen las autoras: “Hablemos
claro y sin rodeos, lo que en realidad están diciendo los prepotentes de esta
interpretación de la historia humana es que los hombres son los culpables del
estado espantoso en el cual se encuentra el planeta y que, de haber continuado
gobernando las mujeres, hoy viviríamos en paz y armonía.
No hay forma de regresar a la Diosa del neolítico, mientras no dejemos
atrás la guerra y las armas, no podremos recuperar la era de la inocencia que
las antecedió. Debemos empujar nuestra evolución hacia delante, saneando las
relaciones entre mujeres y varones, la capacidad de decidir y el voto
definitivo a favor de la vida.
Nuestra titánica tarea es crear una nueva cultura que exalta los valores
femeninos junto con los rasgos masculinos positivos.
La antigua Europa de la que habla en sus investigaciones Marija Gimbutas
tuvo una falla dramática y fatal: no supo defender su civilización. El
equilibrio justo de los valores femeninos y masculinos trae consigo el ingenio
de crear y el valor para defender una nueva cultura.
EL RESURGIR DE LA DIOSA
UN DATO HISTÓRICO
RELEVANTE
LA NAVIDAD
Lo que llamamos
"Navidad" es el resultado de una mezcla de tradiciones paganas muy
coloridas e interesantes.
Para empezar, en los albores de la era cristiana nadie estaba seguro de
la fecha en que había nacido Jesús. Era evidente que en diciembre y enero se
daban -y se dan- las temperaturas más bajas (hasta 0,1 bajo cero, en grados
Celsius) y las precipitaciones más altas (hasta 187 milímetros), de tal manera
que resultaba imposible que los pastores durmieran a cielo descubierto mientras
cuidaban el ganado, según escribió San Lucas -médico sirio convertido al
cristianismo muchos años después de la desaparición de Jesús-, pues durante
esta época, incluido febrero, hombres y ganado pernoctaban bajo techo.
Era entonces absurdo que el censo de población -decretado por Quirino,
gobernador de Siria (1)- se llevará a cabo durante estas fechas, en medio del
frío, la lluvia, y los caminos anegados y resbaladizos que harían imposible el
desplazamiento de los miles de peregrinos que se dirigían a sus lugares de
origen, como el caso de José y María.
Así pues, se comenzó a especular con las fechas: 16 o 20 de mayo, 9, 19 o
20 de abril, 29 de marzo o 29 de septiembre… hasta que en el año 334 el Papa
Julio I dictaminó que Jesús había nacido el 25 de diciembre, y punto.
No era fecha escogida al azar pues -como nos indica Desmond Morris en
Tradiciones de Navidad- coincidía con las festividades que se realizaban en
muchos pueblos durante el Solsticio de Invierno: las ceremonias vikingas en
honor de Odín, las Saturnalias romanas, el nacimiento del dios Indoiraní
Mithra, etc. De ahí que el nacimiento del Jesús “El Cristo” haya sido
fácilmente asimilado al retorno del sol, al regreso de la luz.
Otro elemento pagano de la
navidad es el árbol, ya que como hemos visto anteriormente, muchos pueblos les rendían
culto a un puñado de árboles considerados sagrados por distintos motivos. El
más común, desde Grecia hasta Noruega era el roble, pero con el devenir del
cristianismo se cambió al inconmovible roble por el abeto pues, según los
misioneros, la forma triangular de la enramada correspondía al Padre, el Hijo y
el Espíritu Santo. Este tres mágico caló muy bien en todas partes ya que era un
número venerado por muchos pueblos miles de años antes de la venida de Jesús, y
de esta manera bastante singular se impuso el abeto y con el correr de los
siglos el pino.
Y ya que estamos en el tema de
los árboles, durante esta fecha se había convertido en una costumbre milenaria
el adornarlos con piedras pintadas y telas de colores, con el doble propósito
de "vestir" a los árboles que se habían quedado "desnudos"
tras el otoño, esto es sin su respectivo "espíritu", y por otro lado
lograr que el "espíritu" que había escapado de los árboles regresara
a dar sus frutos en primavera, como efectivamente sucedía para regocijo de
todos.
Otro elemento pagano es, por
supuesto, Papá Noel, que en un principio se trataba del Abuelo Invierno al que
los vikingos agasajaban para que fuera benévolo, y llegado el momento, partiera
sin resentimiento para dar paso a la nueva vida. Una vez cristianizados y,
siguiendo la costumbre vikinga, los bretones los denominaron Viejo Padre
Navidad: uno de ellos se disfrazaba del personaje y con gran alegría el pueblo
le ofrecía de comer y de beber en abundancia hasta su partida.
Con el tiempo, el Padre
Invierno o Papá Noel, se confundió con San Nicolás, un hombre sumamente rico
nacido en lo que hoy es Turquía y famoso por su generosidad con los más pobres,
en especial con los niños. Resulta a que aquel hombre que se transformó en
obispo, y más tarde en santo, los holandeses le tomaron particular cariño y lo
llamaron en su lengua Sinter Klaas (San Nicolás), y con este nombre pasó a
América, más específicamente a Nueva Amsterdam, que luego los ingleses
bautizaron como Nueva York. Con el tiempo y las aguas navideñas, Sinter Klaas se
transformó en el famoso Santa Claus (jo jo jo), es decir en Papá Noel, esto es,
en el Padre Invierno.
Y a propósito de este
personaje, los japoneses constataban cómo cada vez que estaba por llegar el
(Padre) invierno, los renos empezaban a bajar en manadas desde las montañas
hasta los valles menos azotados por los vientos gélidos. Sabedor de esta
leyenda -o al menos así lo supone Desmond Morris-, el poeta Clement Moore
incorporó a los renos a su famoso poema "Una visita de San Nicolás",
allá por 1824. Desde entonces los renos han precedido el carruaje de Papá Noel,
y se teme que Rodolfo el reno, que tenía la nariz roja como un tomate, era parte del
séquito.
Por su parte los americanos
contribuimos a la Navidad con el pavo -del que los aztecas tenían grandes
criaderos- que fue introducido en Inglaterra por David Strickland, razón por la
cual obtuvo el derecho a poner como centro de su escudo familiar un pavo macho.
Sin embargo de ello, durante años -confundiendo el pavo de América con la
gallina de Guinea- se creyó que habían sido los turcos quienes habían
introducido el pavo en Inglaterra, de ahí su nombre en inglés: turckey (turco).
Al parecer, lo único
verdaderamente cristiano de la Navidad es Jesús "El Cristo", y el
pesebre, que fue incorporado por San Francisco, con animales vivos y personajes
disfrazados, en el año 1224, para imitar la forma en que se celebraba la
Navidad en Tierra Santa.
Desde esa fecha, muchas casas
nobles de Europa empezaron a competir entre ellas para diseñar el mejor pesebre
cada año, hasta llegar a excesos verdaderamente surrealistas. Luego, esta
costumbre se trasladó a América en donde se incorporaron figurillas de alpacas,
cóndores, tapires y caimanes, amén de indios pastores, ángeles negros, ídolos
precolombinos, así como chamanes amazónicos o emperadores incas en sustitución
de algún Rey Mago, por lo general Gaspar.
A propósito de esto último,
Melchor (soberano persa), Gaspar (rey de la India) y Baltazar (jeque de
Arabia), fueron "interpretados" por el ecumenismo de la Edad Media,
como Melchor (europeo: a caballo), Gaspar (asiático: sobre un camello) y
Baltazar (africano: a lomo de elefante) con el propósito de que "cada rey
representara a una parte de la Tierra hasta entonces conocida", según
señala el antropólogo Segundo Moreno.
De esta manera queda
demostrado cómo la Navidad, fiesta especialmente diseñada para ser disfrutada
por los niños, es una verdadera mezcolanza de tradiciones, mitos y ceremonias
paganas.
(1) Todo parece indicar que Jesús nació 6 años antes de su supuesto
nacimiento, pues los censos se llevaban a cabo cada 14 años y el último había
sido en el 20 AC.
Dijo la mujer - Frances Croake Frank
Dijo la
mujer
al tenerlo por primera vez
en la penumbra del establo de
Belén
después del sufrimiento, del
sangrar y del gemir:
"Éste es mi cuerpo. Ésta
es mi sangre"
Dijo la
mujer
al tenerlo por última vez
bajo la llovizna en la cima
del Calvario
después del sufrimiento, del
sangrar y del morir:
"Éste es mi cuerpo. Ésta
es mi sangre"
Y está muy bien que lo haya
dicho entonces
porque ancianos secos
disimulando su infertilidad
bajo ropajes morados
le ordenan que no lo diga... por ahora...
Para Betty Sue Flowers, una profesora de inglés de la
Universidad de Texas, el movimiento de espiritualidad femenino es la respuesta
a la religión orientada hacia el varón del cristianismo. Fue una de las
principales oradoras de la Conferencia Internacional sobre la Espiritualidad Femenina,
en Austin, Texas, y habló en la conferencia acerca del retorno de la Diosa.
Según Flowers, "La Diosa es una metáfora que nos recuerda el lado femenino
de la espiritualidad. Las metáforas son importantes. Uno no puede conocer a dios
directamente.
Investigación y aporte por:
©María Cristina Garay Andrade©
Buenos Aires - Argentina