LAS DIOSAS DE CADA MUJER
Breve resumen extraído del libro: “Las
diosas de cada mujer” Una nueva psicologia femenina, Jean Shinoda Bolen.
Las características de cada diosa.
Las características de cada diosa se
mencionan con rasgos muy generales. La intención es que las mujeres que se
interesen en el contenido por medio de este artículo, puedan indagar más si
quisieren profundizar en el tema. Propone esta lectura una excelente vía de
autoconocimiento a través de los arquetipos femeninos: ¿Qué significa para ti
ser mujer?
La autora habla de 3 grupos de diosas:
LAS DIOSAS VÍRGENES
ARTEMISA: diosa de la caza y de la luna.
ATENEA: diosa de la sabiduría y de la
artesanía.
HESTIA: diosa del hogar y de los
templos.
Estas 3 diosas personifican los aspectos
independientes, activos y de no-relación de la psicología femenina.
Artemisa y Atenea son arquetipos
orientados hacia afuera y hacia el logro, mientras que Hestia enfoca su
atención hacia adentro.
Las 3 representan impulsos internos en
las mujeres para desarrollar talentos, ir en pos de intereses, resolver
problemas, competir con los demás, expresarse de manera articulada con palabras
o mediante formas artísticas, poner su entorno en orden o llevar vidas
contemplativas.
Cuando una mujer vive toda su vida un
arquetipo de virgen, quiere decir que una parte significativa de ella es
psicológicamente virginal, no que sea física y literalmente virgen. Una parte
de su psique “no pertenece a nadie”.
Sólo estas 3 entre todos los dioses,
diosas y mortales fueron inconmovibles por el irresistible poder de Afrodita,
diosa del amor, para inflamar la pasión y agitar el anhelo erótico y los
sentimientos románticos. No les conmovían el amor, la sexualidad ni el
enamoramiento.
El arquetipo de la diosa virgen.
Cuando el arquetipo de la diosa virgen –
Artemisa, Atenea o Hestia – es un arquetipo dominante, la mujer es (como
escribió la analista junguiana Esther Harding en su libro Women´s Mysteries)
“completa-en-sí-misma”.
Por lo tanto, como describió Harding: “Una
mujer que es virgen, completa-en-sí-misma, hace lo que hace, no por algún deseo
de agradar, no para gustar o ser aprobada, ni siquiera por sí misma; no por
algún deseo de obtener poder sobre otra persona, para captar su interés o su
amor, sino porque lo que hace es verdad. Su acción puede ser efectivamente no
convencional.
Si una mujer es completa-en-sí-misma,
estará motivada por la necesidad de seguir sus propios valores internos, de
hacer lo que tiene sentido para ella, con independencia de lo que piensen los
demás.
Desde el punto de vista psicológico, la
diosa virgen es esa parte de una mujer que no ha sido tallada, ni por las
expectativas colectivas, sociales y culturales (determinadas por los hombres)
de lo que debe ser una mujer, ni por un juicio masculino concreto sobre ella.
ARTEMISA.
DIOSA DE LA CAZA Y DE LA LUNA, RIVAL Y
HERMANA.
Artemisa, conocida por los romanos como
Diana, era diosa de la caza y diosa de la luna.
La esbelta y adorable hija de Zeus y
Latona erraba por bosques, montañas y prados salvajes, en alegre compañía de su
grupo de ninfas y perros cazadores.
Artemisa, como diosa de la caza y diosa
de la luna, era una personificación del espíritu femenino independiente.
El arquetipo que hace posible que una
mujer busque sus propias metas en el terreno que ella misma elija.
Artemisa, como diosa virgen, representa
un símbolo de integridad, una actitud de “puedo cuidar de mí misma”, que
permite a una mujer funcionar por sus propios medios, con autoconfianza y
espíritu de independencia.
Este arquetipo hace posible el que una
mujer se sienta completa sin un hombre. No necesita aprobación masculina.
La arquera centrada en una meta.
El arquetipo de Artemisa proporciona a
las mujeres la capacidad innata para concentrarse intensamente en cualquier
cosa que sea importante para ellas y para no ser distraídas de la dirección que
eligen, ni por las necesidades de los demás.
Este arquetipo posibilita dar en el
blanco elegido.
Arquetipo del movimiento feminista.
Artemisa representa cualidades idealizadas
por el movimiento feminista: realización y competencia, independencia de los
hombres y de las opiniones masculinas, y preocupación por las mujeres y jóvenes
escogidas como víctimas e indefensas.
Artemisa ayudó a su madre Latona a dar a
la luz, le salvó a ella y a Aretusa de ser violadas y castigó al violador Ticio
y al intruso cazador Acteón.
La hermana.
Artemisa era considerada “la gran
hermana” ya que conducía a las ninfas por el bosque y recurrían a ella cuando
necesitaban ayuda.
La Artemisa que vuelve a la naturaleza.
Artemisa es el arquetipo responsable de
la unidad consigo misma y con la naturaleza y la comunión espiritual con ésta.
ATENEA.
DIOSA DE LA SABIDURÍA Y DE LA ARTESANÍA,
ESTRATEGA E HIJA DEL PADRE.
Conocida también como Minerva. Era la
majestuosa y bella diosa guerrera, protectora de sus héroes elegidos y de la ciudad que había tomado su nombre, Atenas.
Era la única diosa del Olimpo que se
representaba portando una coraza, con la visera de su yelmo echada hacia atrás
para revelar su belleza, un escudo en el brazo y una lanza en la mano.
Presidía la estrategia de las batallas
en tiempos de guerra y las artes domésticas en tiempos de paz. Patrona de las
fuerzas militares y diosa de los tejedores, herreros, alfareros y sastres.
El olivo fue su regalo especial a
Atenas, regalo que condujo al cultivo de las aceitunas.
Las aptitudes marciales y domésticas
asociadas a Atenea abarcan la planificación y la ejecución, actividades que
exigen una manera de pensar decidida.
Estrategias, sentido práctico y
resultados tangibles son características de su sabiduría peculiar.
Atenea valora el pensamiento racional y
defiende el dominio de la voluntad y del intelecto sobre el instinto y la
naturaleza. Su espíritu se encuentra a en la ciudad; para Atenea (en contraste
con Artemisa), lo salvaje debe ser domesticado y sometido.
Atenea se consideraba a sí misma
descendiente de un solo progenitor, Zeus, al que se asoció para siempre.
Ella fue la mujer “mano derecha” de su
padre, la única diosa del Olimpo a la que él confió su rayo y su defensa,
símbolos de su poder.
La diosa no reconoció a su madre, Metis;
de hecho Atenea parecía ser inconsciente de tener una madre.
Atenea, el arquetipo.
Como diosa de la sabiduría, Atenea era
conocida por sus estrategias de victoria y sus soluciones prácticas. Este
arquetipo es seguido por las mujeres lógicas, que son gobernadas por sus
cabezas más que por sus corazones.
Atenea muestra que pensar correctamente,
conservar la cabeza en el calor de una situación emocional y desarrollar buenas
tácticas en medio del conflicto, son rasgos naturales para algunas mujeres.
Diosa virgen.
Las cualidades invulnerables e intactas
descriptivas de Artemisa pueden también aplicarse a Atenea.
Cuando Atenea gobierna la psique de una
mujer, ésta (al igual que las mujeres que se parecen a Artemisa o a Hestia)
está motivada por sus propias prioridades.
Atenea difiere de Artemisa y de Hestia
en que es la diosa virgen que busca la compañía de los hombres, disfruta estar
en medio de la acción y del poder masculino. El elemento de diosa virgen le
ayuda a evitar los enredos emocionales o sexuales con los hombres, con los que
trabaja estrechamente.
Puede ser compañera, colega o confidente
de hombres, sin desarrollar sentimientos eróticos o intimidad emocional.
La estratega.
Atenea fue la mejor estratega durante la
guerra de Troya. El arquetipo de Atenea prospera en los ámbitos comercial,
académico, científico, militar o político.
Por ejemplo, Atenea puede manifestarse
en una mujer con un “máster” en administración de empresas, que asociada con un
mentor poderoso, se abre camino en la escala empresarial.
La perspicacia de Atenea permite a una
mujer recorrer su camino de manera eficaz en situaciones en que son importantes
las consideraciones políticas o económicas. La inteligencia de Atenea está
orientada hacia lo práctico y lo pragmático.
La diplomacia, que implica estrategia,
poder y maniobras de disimulo, es un reino en el que Atenea brilla.
La artesana.
Como diosa de la artesanía, Atenea se
implicaba en hacer cosas que eran a la vez útiles y estéticamente agradables.
Era más conocida por sus habilidades como tejedora, en las que manos y mente
deben trabajar juntas.
Para elaborar un tapiz o un tejido, una
mujer debe diseñar un plan de lo que va a hacer y después, vuelta tras vuelta,
crearlo metódicamente, lo cual requiere de previsión, planificación, dominio y
paciencia.
La hija del padre.
Como arquetipo de “la hija del padre”,
Atenea representa a la mujer que, casi de manera natural, gravita alrededor de
hombres poderosos que tienen autoridad, responsabilidad y poder, hombres que
encajan en el arquetipo del padre patriarcal o del jefe. Las mujeres Atenea
suelen apoyar el status quo y aceptar las normas establecidas como líneas de
conducta; se resisten al cambio. Atenea tiene poca simpatía por las personas
perdedoras, oprimidas o rebeldes.
El justo medio.
Cuando el arquetipo Atenea es poderoso,
la mujer muestra una tendencia natural a actuar siempre con moderación, a vivir
dentro del “justo medio”, que era el ideal ateniense.
Los excesos suelen ser el resultado de
intensos sentimientos o necesidades, o de una naturaleza apasionada, recta,
temerosa o codiciosa, todas ellas antitéticas respecto a la racional Atenea.
La Atenea acorazada.
Atenea llegó al Olimpo vestida con una
espléndida coraza de oro. Y, de hecho, estar “acorazada” es un rasgo Atenea.
Las defensas intelectuales evitan a una mujer así sentir dolor, tanto el propio
como el de los demás. En medio del remolino emocional o de una dura batalla,
permanece impermeable a los sentimientos, mientras observa, etiqueta y analiza
lo que está ocurriendo y decide lo que hará a continuación.
Atenea, la mujer.
Es práctica, sin complicaciones, no
pendiente de sí misma, confiada: alguien que consigue que se hagan las cosas
sin alharacas. La mujer Atenea suele tener buena salud, no tiene conflictos
mentales y es físicamente activa.
HESTIA.
DIOSA DEL HOGAR Y DE LOS TEMPLOS, MUJER
SABIA Y TÍA SOLTERA.
Hestia, la diosa.
Hestia fue la diosa del hogar o, más
específicamente, del fuego ardiendo en un hogar circular.
Esta diosa no es representada con forma
humana. El símbolo de Hestia es el círculo.
Sus templos eran redondos. Hestia era
una presencia que se sentía espiritualmente.
Su significado se encuentra en rituales
simbolizados por el fuego. Para que una casa se convirtiera en hogar se
requería de la presencia de Hestia.
Posteriormente en Roma, Hestia fue
venerada como la diosa Vesta, la cual unía, con su fuego sagrado, a los
ciudadanos como una familia.
Afrodita hizo que Poseidón (dios del
mar) y Apolo (dios del sol) se enamoraran de Hestia. Ambos la pretendían, pero
Hestia les rechazó con firmeza, haciendo voto solemne de permanecer virgen para
siempre.
Diosa virgen.
Hestia era la mayor de las tres diosas
vírgenes. Al contrario que Artemisa y Atenea, no se aventuraba en el mundo para
explorar la naturaleza salvaje o establecerse en una ciudad. Permanecía dentro
de la casa o del templo, contenida dentro del hogar.
A pesar de sus diferencias, las tres
diosas comparten cualidades esenciales e intangibles.
Cada una de ellas poseía la cualidad de ser-completa-en-sí-misma.
Atenea y Artemisa orientadas hacia lo
externo, se focalizan en conseguir objetivos o llevar a cabo planes; Hestia se
concentra en su experiencia subjetiva interna. Por ejemplo, cuando medita está
completamente absorta.
Conciencia enfocada hacia adentro.
La manera de percibir de Hestia se
produce mirando hacia adentro y sintiendo de manera intuitiva qué es lo que
pasa.
Este método de Hestia nos permite entrar
en contacto con nuestros valores poniendo bajo el foco lo que tiene significado
desde el punto de vista personal.
Mediante este foco interno podemos
percibir la esencia de la situación. También podemos obtener una comprensión
interna del carácter de las demás personas y ver la pauta o sentir el
significado de sus acciones. Esta perspectiva interna proporciona claridad en
medio de la miríada confusa de detalles a los que se enfrentan nuestros cinco
sentidos.
La Hestia interna puede también
desapegarse emocionalmente y no prestar atención a las personas que la rodean
mientras atiende a sus propias preocupaciones.
Una vez más, este desapego es
característico de las tres diosas vírgenes. Es más, por añadidura de su
tendencia a apartarse de la compañía de los demás, la cualidad de Hestia de ser
completa en sí misma busca la tranquilidad serena, que se encuentra más
fácilmente en soledad.
Mantenedora del hogar.
Hestia, como diosa del hogar, es el
arquetipo activo en las mujeres que consideran que llevar la casa es una
actividad llena de sentido más que una penosa obligación. Con Hestia, mantener
el hogar es un medio a través del que una mujer pone la casa y se pone a sí
misma en orden. Una mujer que adquiere un sentido de armonía interna cuando
realiza las tareas cotidianas está en contacto con este aspecto del arquetipo
de Hestia.
Cuando está presente Hestia, una mujer
va haciendo sus tareas caseras con una sensación de que hay mucho tiempo para
hacerlas.
No tiene un ojo en el reloj, porque no
está cumpliendo un horario ni “invirtiendo tiempo”. Por consiguiente, se halla
en lo que los griegos llamaban el tiempo kairós, está “participando en el
tiempo”, lo cual es psicológicamente enriquecedor.
La anciana sabia.
Con Hestia como presencia interna, una
mujer no está “apegada” a la gente, los resultados, las posesiones, el
prestigio o el poder. Se siente completa tal como es. Su ego no está en juego.
El desapego de Hestia proporciona a este
arquetipo una calidad de “sabia anciana”. Es como un familiar mayor que lo ha
visto todo y lo ha atravesado sin que disminuya su ánimo y con su carácter
templado por la experiencia.
El Ser es lo que experimentamos
internamente cuando sentimos una relación con la unidad que nos conecta con la
esencia de cada cosa que está fuera de nosotros.
El cultivo de Hestia.
Hestia puede encontrarse en la tranquila
soledad y en el sentido de orden que proviene de “hacer las faenas domésticas
de manera contemplativa”. La meditación activa fortalece este arquetipo
introvertido y enfocado hacia adentro.
LAS DIOSAS VULNERABLES:
HERA, DEMÉTER Y PERSÉFONE.
HERA: diosa del matrimonio.
DEMÉTER: diosa de las cosechas.
PERSÉFONE: reina del mundo subterráneo.
Estas tres diosas personifican
arquetipos que representan los papeles tradicionales de las mujeres: esposa,
madre e hija.
Son las diosas orientadas hacia la relación,
cuya identidad y bienestar dependen de tener relaciones significativas.
En sus mitologías, estas tres diosas
fueron violadas, raptadas, dominadas o humilladas por dioses masculinos.
Las tres sufrieron cuando se rompió o
deshonró una relación sentimental. Las tres experimentaron la impotencia.
Y las tres respondieron de una manera
característica: Hera, con rabia y celos, Deméter y Perséfone con depresión.
Cada una de ellas manifestó síntomas que
se parecían psicológicamente a la enfermedad.
El conocimiento de Hera, Deméter y
Perséfone pueden proporcionar a las mujeres comprensiones internas sobre la
naturaleza de sus necesidades de relaciones y del patrón de sus reacciones a
las pérdidas.
Cuando estas diosas son los arquetipos
dominantes, el impulso que las motiva es la relación más que el logro, la
autonomía o una nueva experiencia.
El enfoque de la atención está puesto en
los demás, no en una meta externa o en un estado interior. Están motivadas por
la compensación de las relaciones: aprobación, amor, atención, y por la
necesidad del arquetipo de emparejarse (Hera), nutrir, (Démeter) o ser dependiente
(Perséfone).
Vulnerabilidad, susceptibilidad para ser
víctimas, y conciencia difusa.
Las diosas vulnerables fueron escogidas
como víctimas. Hera fue humillada y engañada por su marido, Zeus, que no tenía
en cuenta su necesidad de fidelidad.
El vínculo entre Deméter y su hija fue
ignorado, lo mismo que su sufrimiento cuando Perséfone fue raptada y encerrada
en el mundo subterráneo.
Tanto Démeter como Perséfone fueron
violadas.
Como mujeres humanas en situaciones de
inferioridad, sufrimiento e indefensión, las tres diosas vulnerables
manifiestan síntomas psiquiátricos.
Las mujeres que son como Deméter y
Perséfone, que sienten vulnerables o desprotegidas, suelen tener sueños de
ansiedad, aunque esta no es una regla general, también pueden pasar por
periodos en los que se sienten seguras y no amenazadas.
Patrones de ser y de actuar.
Cada una de las tres diosas vulnerables
tiene dentro de su mitología una fase feliz o de realización; una fase durante
la que fue escogida como víctima, sufrió y fue sintomática; y una fase de
restablecimiento y transformación. Cada una representa una fase en la vida de
la mujer que ésta puede atravesar rápidamente o en la que puede permanecer por
un tiempo.
HERA.
DIOSA DEL MATRIMONIO, ARTÍFICE DEL
COMPROMISO Y ESPOSA.
Hera. La diosa.
La majestuosa, regia y bella Hera, que
los romanos conocieron como Juno, era la diosa del matrimonio. Se piensa que su
nombre significa: “Gran Señora”.
Hera tenía dos aspectos que contrastaban
entre sí: era solemnemente reverenciada y venerada en rituales como una
poderosa diosa del matrimonio, y fue denigrada por Homero como vengativa,
pendenciera y arpía celosa.
Mitología.
Existen numerosas historias sobre la
cólera de Hera debido a las infidelidades de Zeus.
Se dice que cuando éste llevó a Egina a
una isla para violarla, Hera soltó un monstruoso dragón qué destruyó a la
mayoría de la población. Hera fue humillada por Zeus con muchas aventuras y
Hera se vengó de muchas de las amantes ya que para ella el matrimonio era
sagrado.
Hera, el arquetipo
.
Hera fue reverenciada y vilipendiada,
honrada y humillada.
Ella, más que ninguna otra diosa, posee
atributos marcadamente positivos y negativos. Fuerza intensamente poderosa de
alegría y dolor en la personalidad de una mujer.
La esposa.
El arquetipo de Hera representa a la
mujer que anhela casarse. Una mujer que tenga un fuerte arquetipo de Hera se
siente fundamentalmente incompleta sin una pareja.
La capacidad de compromiso.
Este arquetipo proporciona la capacidad
de vincularse, de ser leal y fiel, de soportar y atravesar dificultades con una
pareja. Cuando Hera es la fuerza motivadora el compromiso de una mujer no es
condicional. Una vez casada, ella entiende permanecer así “en la dicha y en la
adversidad”.
Sin Hera, una mujer puede atravesar una
serie de relaciones cortas, abandonándolas cuando surgen las inevitables
dificultades o cuando desaparece la magia inicial de enamorarse.
Cuando las mujeres se casan sin Hera,
“falta algo”.
La mujer desdeñada.
La diosa Hera no expresó su cólera
contra Zeus por sus infidelidades públicas. Canalizó en una ira vengativa
contra la otra mujer o los hijos engendrados por Zeus el dolor que sintió de
ser rechazada por él y de ser humillada por sus aventuras sentimentales.
El arquetipo de Hera predispone a las
mujeres a desplazar la culpa de su pareja –de la que es emocionalmente
dependiente- sobre los demás.
Las mujeres con este arquetipo
reaccionan a la pérdida y al dolor con sentimiento de rabia y actividad. La
actitud de venganza es una especie de juego de prestidigitación, que hace que
una mujer Hera se sienta poderosa en vez de rechazada.
El cultivo de Hera.
La necesidad de ser más como Hera les
llega a algunas mujeres como una realización en los primeros años de la mitad
de su vida; para entonces han tenido una serie de relaciones o han estado tan
centradas en sus carreras que el matrimonio no ha sido una prioridad para
ellas.
Una decisión consciente de ser una
esposa tipo Hera puede fortalecer la conexión de una mujer con el arquetipo.
DEMÉTER.
DIOSA DE LAS COSECHAS, NUTRIDORA Y
MADRE.
Deméter, el arquetipo.
Es el arquetipo de la madre. Representa
el instinto maternal, realizado a través del embarazo o mediante el suministro
de alimento físico, psicológico o espiritual a los demás. Este poderoso
arquetipo puede dictar el curso que tome la vida de una mujer, tener un impacto
significativo sobre las demás personas de su vida o predisponerla hacia la
depresión si lo rechaza o se frustra se necesidad de nutrir.
Una mujer que posea un fuerte arquetipo
de Démeter anhela ser madre. Una vez que es madre, considera que ésa es una
función que la llena, aunque el arquetipo no está restringido a ser madre,
puede tratarse de cualquier profesión en la que ayudar a los demás es parte
fundamental.
Alimentar a los demás constituye otra
satisfacción para una mujer Deméter. Le agrada preparar grandes comidas.
La madre afligida: susceptibilidad a
deprimirse.
Cuando el arquetipo de Deméter
constituye una fuerza poderosa y una mujer no puede realizarlo, tal vez padezca
la característica depresión del “hueco dejado por el nido vacío”. Cuando pierde
un hijo, ya sea suyo o sustituto (alumno, paciente…) más que encolerizarse
tiende a hundirse en la depresión. Siente su vida carente de sentido.
PERSÉFONE:
LA DONCELLA Y REINA DEL MUNDO
SUBTERRÁNEO, MUJER RECEPTIVA E HIJA DE LA MADRE.
Perséfone, la diosa.
Como reina del mundo subterráneo,
Perséfone es una diosa madura, que reina sobre las almas muertas, guía a los
vivos que visitan el mundo subterráneo y pide para sí lo que desea.
El arquetipo.
Al contrario de Hera y Deméter, que
representan patrones arquetípicos vinculados a fuertes sentimientos
instintivos, Perséfone como patrón de personalidad no siente este impulso.
Si es Perséfone quien proporciona la
estructura de la personalidad, predispone a una mujer a no actuar, sino a
dejarse actuar en función de los demás: a ser complaciente en la acción pero
pasiva en su actitud.
La Koré: la doncella arquetípica.
La Koré era la “doncella sin nombre”;
representa a la joven adolescente que no sabe quién es y todavía no es
consciente de sus deseos y de sus propias fuerzas.
La mayoría de las jóvenes atraviesan una
fase de ser “la Koré” antes de casarse o de decidirse por una profesión. Otras
mujeres permanecen doncellas durante toda su vida. No se comprometen con una
relación, un trabajo o un objetivo de formación. Hagan lo que hagan, no parece
que sea “de verdad”. Su actitud es la de la eterna adolescente, indecisa sobre
quién o qué quieren ser cuando “crezcan”, a la espera de que alguien o algo transformen
sus vidas.
Guía del mundo subterráneo.
Simbólicamente, el mundo subterráneo
puede representar capas más profundas de la psique, un lugar en donde los
recuerdos y los sentimientos han sido “enterrados” (el inconsciente personal) y
en el que se encuentran las imágenes, los modelos, los instintos y los
sentimientos que son arquetípicos y que la humanidad comparte (el inconsciente
colectivo).
Perséfone representa la capacidad de ir
y venir entre la realidad basada en el ego, o mundo “real” y el inconsciente, o
realidad de la psique.
El cultivo de Perséfone.
La capacidad de ser abierta y flexible
que tipifica a Perséfone (a veces hasta la exageración), son atributos que
también suelen necesitar desarrollar las mujeres tipo Deméter y Hera.
Para cultivar las cualidades de
Perséfone, el primer paso es atribuir un valor positivo a la receptividad.
Puede desarrollarse una actitud receptiva hacia otras personas escuchando lo
que tienen que decir, intentando considerar las cosas desde su perspectiva y
reteniéndose de emitir juicios críticos o prejuicios.
También puede desarrollarse una actitud
receptiva hacia la propia psique. Un primer paso necesario es la benevolencia
hacia una misma en vez de ser impaciente y autocrítica consigo misma, especialmente
durante los periodos en los que una mujer siente que “está en cultivo”.
Muchas mujeres aprenden que los periodos
de cultivo pueden ser treguas que preceden al brote de actividad o creatividad,
sólo después de que han aprendido a aceptarlos como una fase y no como un
pecado.
Cultivar los sueños suele resultar muy
gratificante. El esfuerzo de recordarlos y de escribirlos cada mañana mantiene
vivas las imágenes. Cuando se hace, surgen con frecuencia compresiones internas
de su significado.
También puede ser desarrollada la
percepción extrasensorial por muchas personas.
Perséfone. La mujer.
Tiene una cualidad de juventud. De hecho
puede parecer más joven de lo que es o puede que tenga algo de “infantil” en su
personalidad, una especie de “cuida de mí”.
Puede ir primero en una dirección y
después en otra, según “como sople el viento”.
LAS DIOSAS ALQUÍMICAS.
AFRODITA.
A Afrodita, diosa del amor y de la
belleza, la sitúo en una categoría por derecho propio como la diosa alquímica,
una calificación adecuada para el proceso mágico o poder de transformación que
ella, por sí sola, poseía.
Debido a su belleza, muchos de los
dioses pidieron su mano en matrimonio y Afrodita, a diferencia de otras diosas,
fue libre de escoger.
En sus relaciones amorosas, Afrodita se
emparejó con dioses masculinos del Olimpo pero también tuvo muchas relaciones
con hombres mortales.
En la mitología se dice que acudió en
ayuda de hombres que se la imploraban.
El arquetipo.
El arquetipo de Afrodita rige el
disfrute del amor, la belleza, la sexualidad y la sensualidad de las mujeres.
Afrodita puede ser tan exigente como Hera y Démeter (los otros dos poderosos
arquetipos instintivos). Afrodita impulsa a las mujeres a realizar las
funciones creativas y procreativas.
La amante.
Cualquier mujer que se enamore de
alguien que, a su vez, está enamorado de ella, es en ese momento una
personificación del arquetipo de Afrodita.
Cuando Afrodita está presente como el
arquetipo principal en la personalidad de una mujer, se enamora con frecuencia
y facilidad.
Posee un magnetismo personal que atrae a
otras personas dentro de un campo cargado eróticamente, que potencia la toma de
conciencia sexual.
Cuando se degrada la sensualidad y la
sexualidad en las mujeres – como en las culturas judeocristiana, musulmana y
otras culturas patriarcales -, la mujer que encarna a Afrodita, es considerada
una prostituta.
La activación de Afrodita.
Existen dos vías a través de las cuales
este arquetipo entra en la conciencia:
La primera es una espectacular
iniciación en la que Afrodita emerge de repente de las aguas del inconsciente
como una presencia llena de sensualidad instintiva, la segunda vía para que
este arquetipo tome vida es a través de una relación.
Creatividad.
Afrodita constituye una tremenda fuerza
para el cambio. A través de ella fluye la atracción, la unión, la
fertilización, la incubación y el nacimiento de una nueva vida.
El cultivo de Afrodita.
Al ser el arquetipo más involucrado en
la experiencia sensual o sensorial, cultivar una agudeza de percepción y una
atención centrada en el aquí y ahora, invitan la presencia de Afrodita.
Resumen realizado por: Karin Vanek
Lemus.
Aporte:
María Cristina Garay Andrade
Buenos Aires - Argentina