CHAMANAS
El nombre de "Chamana" surge como un homenaje a una mujer sagrada, sabia, con conocimientos sobre árboles y plantas. Una Chamana es una conocedora...
El nombre de "Chamana" surge como un homenaje a una mujer sagrada, sabia, con conocimientos sobre árboles y plantas. Una Chamana es una conocedora...
La mujer aportó a la Humanidad numerosos hechos culturales y sus
creaciones surgen de sus necesidades cotidianas. Se la reconoce como iniciadora
o inventora de cosas tan importantes como la agricultura, diversas técnicas de
transformación de productos alimenticios, la antigua farmacopea, el uso de
minerales, cerámica y alfarería para almacenar productos, técnicas para curtir
pieles o para tejer sus vestimentas y abrigos, herramientas que le ayudasen a
realizar sus quehaceres diarios, etc…
Rescatemos
el papel jugado por la mujer en los inicios de la cultura humana: cuidaba a sus
hijos y les brindaba educación, adoptando rol de educadora; sanaba a los
enfermos o heridos, siendo entonces curandera, se ocupaba del culto a la Gran
Diosa Madre como su sacerdotisa, y podía ser todo aquello que fuera necesario.
La madre era la jefa de las bandas y tribus que iban de un sitio a otro en la
etapa nómade, cuando aún no se habían domesticado plantas y animales, y los
alimentos se extraían directamente de la Naturaleza. Como cabeza de familia,
tenía dentro de estas formaciones el papel principal. Era el centro del hogar y
de la civilización en sí misma, ya que constituía la figura más importante, la
que no podía faltar en función de la continuidad de esa sociedad.
Analicemos entonces las múltiples funciones de la mujer. Dar vida, preservarla
por medio del alimento y de la sanación, protegerla a través de su comunicación
con la Gran Diosa y acompañar a las personas en el momento de su muerte.
Es lógico
pensar que se consideraba a la mujer como un ser con un inmenso poder. Un poder
mágico. Un gran secreto. Este poder prodigioso, con el advenimiento de las
culturas patriarcales, se constituyó en una de las preocupaciones principales
de la parte masculina de la población: los hombres querían tomar, controlar y
emplear ese poder para sus propios fines. Para lograr este objetivo, debían
anular la figura de la mujer como centro de la sociedad, degradarla, someterla.
Pasamos entonces de ser chamanas y sacerdotisas a convertirnos en curanderas y
brujas.
¿Qué significa realmente el término chamana? :
Ella era la mujer sabia que dominaba el arte de utilizar las energías para la
sanación íntegra de la persona: el cuerpo, la mente y el espíritu. Es por eso
que, en las tribus aborígenes de Estados Unidos, se la conocía con el nombre de
“mujer medicina”. En las sociedades primitivas, se recurría a ella no
sólo para que utilizara su poder de sanadora en caso de enfermedad. También era
buscada cuando eran necesarios consejos ante cualquier contingencia, ya que se
la consideraba una mujer experimentada, y por lo tanto sabia. Su función como
partera era vital para preservar la salud tanto de la madre como de los nuevos
bebés que ayudaba a nacer, y de esta manera ayudar a la preservación de la
vida. Del mismo modo, estas mujeres facilitaban el nacimiento de las almas en
el Otro Mundo, asistiendo a las personas en el momento de la muerte. También se
las conoce como “Mujer de Conocimiento” o “la que Sabe”.
El arte
de poseer el dominio sobre el reino de los espíritus y sobre las energías, para
ser aplicado en la curación física pertenecía con exclusividad a las mujeres.
Con la llegada de las sociedades patriarcales este arte fue usurpado por los
varones prácticamente en todas las culturas. Así, la palabra “chamán” comenzó a
asociarse al hombre que sanaba, y las mujeres que antiguamente ejercían la
función de “chamanas” comenzaron a ser designadas con el término “bruja”, cuyas
connotaciones eran negativas. La bruja no sana, ni está relacionado con lo
bueno. Esta palabra ha sido utilizada para denigrar a la mujer sabia y para
justificar el asesinato de millones de mujeres, durante el período de la
Inquisición.
La palabra “curandera” es también utilizada para definir la antigua función de
chamana. En la actualidad este es un término frecuentemente asociado a la
“ignorancia” y a la “superstición”. Pero la realidad nos demuestra que aún hoy,
en poblaciones en donde la distancia no permite a sus pobladores acceder a
hospitales o clínicas, son estas curanderas las responsables de velar por la
buena salud de la comunidad.
Veamos las cosas con perspectiva, nosotras quizá no seamos brujas. Pero sí nos
consideramos, a partir de la revalorización de nuestra unión con la Diosa y de
nuestros arquetipos internos que realizamos en este libro, como “sacerdotisas”.
Sacerdotisas de nosotras mismas. Pero ¿sabemos lo que ese término implica en
realidad? Veamos que nos dice de él una experta en el tema:
“Sacerdotisas:
el papel de sacerdotisas fue tan fuerte en esta época (matriarcado),estas
mujeres de la aldea eran expertas en magia de la naturaleza, la curación y las
relaciones entre las personas y tenían la capacidad de interactuar con las
estaciones, su propio ciclo menstrual y su intuición, ayudaba y guiaba a sus
semejantes en lo concerniente a la vida y la muerte, actuaba como iniciadora y
transformadora valiéndose de los rituales de transición, y dirigía las
ceremonias estáticas que llevaban la unión, la fertilidad y la inspiración a su
pueblo”.
“Estas
mujeres simbolizaban el equilibrio de la conciencia y las energías femeninas
dentro de la sociedad y de la religión de la Diosas. Las sacerdotisas,
hechiceras, chamanas o brujas tienen la capacidad de transmitir los poderes de
lo divino y esta es una capacidad típicamente femenina que proviene del propio
conocimiento del ser. Convertirse en sacerdotisa significa bucear
interiormente.” Ahora que conocemos bien la historia y el significado de los
términos recordemos, buscando en nuestra memoria ancestral, toda esa sabiduría
olvidada y esa comunión con nuestros poderes perdidos. Rescatemos a la chamana,
a la curandera, a la bruja y a la sacerdotisa que llevamos en nosotras y
hagámosla renacer en nuestro interior.
Del libro: "Mujeres Diosas. Rescatando el poder Femenino" de Lady Majo y Gabriela Arias.
Del libro: "Mujeres Diosas. Rescatando el poder Femenino" de Lady Majo y Gabriela Arias.
Aporte: María Cristina Garay Andrade