FENIX

Cuando el hombre deje de escucharse a sí mismo convencido de que así debe estar constituida la sociedad  por mandato testamentario, respondiendo a un primitivo antepasado cultural heredado por un patrimonio involucionado y se rehúse escuchar la voz de mujer demandante por un imprescindible cambio en la sociedad desarrollada, sin cargar preceptos de equivalencias que la condicionen a un estancamiento por mandatos decadentes, imposible será poder lograr definitivamente hacer en este mundo voluntariosos propósitos mancomunados de transformaciones humanitarias a favor de paz, de amor, de espiritualidad y por cuidado extremo del único medio de vida, “la tierra o Pachamama” suministradora de nuestra manutención imprescindible para la subsistencia.

Las mujeres lograremos a corto plazo liberación definitiva,  eficiente evolución mental y social, y así  obtener continuidad de descendencia humana, en especial referida a la femenina dotadas con notable inteligencia e integrarnos en sociedad sin distinciones sexuales, raza o religión. 

La mujer está cambiando el valor real de su autoestima,  logrando una prerrogativa fortalecida, individual y colectiva superadora de entorpecimientos formativos en las etapas arbitrarias que nos flagelan con  encadenamiento de subordinación desde un proverbial tiempo hasta el presente.

Las diversas civilizaciones antepasadas y contemporáneas han causado tanto detrimento al temple y valoración femenina establecida como inferior en comparación con la persona masculina, que resulta  incomprensible semejante menoscabo de valores humanos, sin embargo creo que estamos a tiempo de revertir esta situación de exterminio, violencia, muerte y desolación, si entramos en una acción conjunta de mayorías con un mismo fin, dispuestas al cambio categórico para encarar un futuro inmediato de salvaguarda equilibrada.

El avance de la mujer está en marcha inevitablemente, nada detiene nuestro propio desarrollo, el primitivo sometimiento resultó aniquilado por génesis de perseverancia y osadía al invadir por derecho primario heredades que solo pertenecían al hombre por sustracción.

Cabe destacar que se descubre como consecuencia de este escenario manifiesto y se confirma de acuerdo a estadísticas internacionales, que cuanto más salga una mujer a la arena política y social para dar su punto de vista contrapuesto al sistema patriarcal vigente y esgrimiendo sus facultades de autonomía, se ejercerá sobre ella una potencial violencia para detener su accionar controvertido cotidiano, es la negación rotunda a compartir el poder, esto les implica perder su total hegemonía tiranizada.

Por consiguiente cuanto más la mujer se subleva ante las injusticias proporcionadas y pone su voz al descubierto solicitando ecuanimidad y penalidad para el encolerizado violento,  más enseñan los medios de comunicación masivos a los golpeadores, violadores, y asesinos que demuestran gozar de  indigna justicia producto de una cultura que dice: "las mujeres están para ser sometidas bajo nuestro mandato, obediencia y sometimiento, son inferiores y deben estar subordinadas a una esclavitud mental que les impida razonamiento y crecimiento personal, si así no lo comprenden y aceptan estarán  expuestas a la violencia física o psicológica y así  entrarán en razones" .  La  benévola condena al violento es dejarlos a la brevedad en libertad por falta de méritos, o sea que las pruebas presentadas por la mujer no son suficientes evidencias para inculparlos y encarcelarlos de acuerdo a la legalidad del delito cometido.

Estas sicopatologías agudas resultan crónicas reiteradas como parte de lo cotidiano. Las revelaciones públicas de feminicidios multiplicados en las últimas décadas, las violaciones seguidas de muerte, golpizas extremas abandonándolas irreconocibles o gravemente heridas, las barbaries ejecutadas con una crueldad incalificable, abusadas por varios individuos al mismo tiempo por efectos de drogas o golpizas en contra su voluntad destrozando sus órganos reproductivos o genitales, es decir,  podemos ejemplarizar infinidad de casos que tienen como único fin encubrir un mensaje subliminal de advertencia hacia las mujeres que debemos tener muy en claro: “Yo soy el que mando”, “o me obedeces o te golpeo”, “o te sometes o te mato” “o sos mía o no sos de nadie” y así podemos demostrar infinidad de ejemplos, comenzando por una violencia verbal resultante como metralla de insultos feroces, para demostrar que por insurrección les va un castigo corporal además del verbal que tiene como finalidad demostrar su poderío enfurecido, desencajado e incontrolable.  

Con una síntesis de todo lo expuesto, considero también que resulta incalculable poder detallar procedimientos similares para ampliar la temática y certificar más detalladamente si entrara en investigar  sobre  mujeres que han sido ultimadas a pedradas o mutiladas por su entorno familiar más cercano y en especial su pareja, o si entrevistamos a víctimas sobrevivientes de alguna de estas funestas situaciones, persecuciones, amenazas, extorsiones, chantajes, etc, los casos terminarían siendo inacabables.

Es seguro que tenemos posibilidad de ampliar con sus relatos un sin fin de apremios seguidos de intimidación a ser violentadas con métodos anteriormente expuestos. 
El miedo paraliza y con esto nuestra autoestima se destruye. Ellos con prepotencia saben muy bien cómo manejar nuestra debilidad y subordinación.

Solo bastaría indagar un poco de política internacional para enterarnos cómo todo está bajo control en el régimen actual, la violencia hacia la mujer está generalizada en el mundo entero y de diversas formas.

Las sociedad encierra hasta lo más insólito y repugnante que podamos imaginar como por ejemplo, “prostitución infantil” del cual son depravados consumidores, meretricio forzado condenadas por el nefasto comercio de  trata de blancas, desapariciones por secuestros a la esclavitud, mutilaciones aberrantes, macabras conductas que determinan ser enterradas por partes separadas y encontradas en descampados o pozos ciegos, decapitaciones por condenas de repudio, cliterostomías en la infancia y podría detallar una larga lista de perversiones masculinas.

La rentabilidad obtenida por fomentar cruentas guerras, hambrunas que terminan en  inanición, lenta agonía  y muerte, economías de usuras por sus brutales costos en servicios privados, comestibles elementales para la supervivencia, narcotráfico, drogadicción, o cualquier otra circunstancia por más insólita que parezca, demuestra un mundo sometido a este desastroso control habitacional en la actualidad, en una concreta y oculta esclavitud contemporánea globalizada.

Muchas voces se están levantando para ser oídas cabalmente reclamando el fin de este sistema deplorable, la mujer ya no quiere estar más al margen de las decisiones estratégicas colectivas gubernamentales, por tal motivo nos ejercen provocativas presiones con perversidad y amenazas, pero todo resultará inútil a costa de nuestras propias vidas estamos dispuestas al cambio categórico.

Pretendemos que los “bancos” renuncien al abuso del lucro desmedido, el atesoramiento monopólico y delictivo de caudales como patrimonio de exclusivo favoritismo patriarcal y se conviertan en confortables bancos de escuelas para el aprendizaje y evolución del bien común en la niñez del futuro, entonces vamos a poder hablar de una sociedad enriquecida de sabiduría, con valores altruista y con sus principios basados en códigos pura y exclusivamente de amor, solidaridad, paz y aprobación en el mundo de las posibilidades humanas.

Reconozco ser una mujer con suficiente personalidad como para dedicarme a disfrutar mi absoluta libertad de decidir lo que me plazca, pero no puedo dar la espalda por mi logro privativo de estar sumada a todas las mujeres en la lucha por el rescate de nuestra identidad y soberanía de poder decidir lo que consideremos mejor para nuestras vidas y comunidades a pesar de estar en lo personal con disidencias de algunas actitudes.

Considero que cuando el género hombre sea reconocido lingüísticamente como sinónimo exclusivo de individuo masculino y por consiguiente convertido como corresponde en varón, no les quedará otra que presenciar cómo surge la mujer con su propia identidad de género y sexo reconocida implícitamente y explícitamente en el lenguaje como personas autónomas que conforman parte de esta humanidad cultural nueva, independientemente una de la otra, con capacidad de inteligencia ampliamente desarrollada, diferentes pensamientos competentes y no encerradas en una única existencia que tiene la característica de ser masculinidad arbitraria.

Concretamente cuando el vocablo hombre se utiliza genéricamente hay que observar muy detenidamente como la mujer desaparece de la realidad de ser persona. Insisto decir hombre es no existir, sino pertenecer como una parte adjunta en otro cuerpo que no es el propio o el derivado tristemente de un costilla arrancada de un abdomen en calidad de préstamo para existir.

Yo no soy hombre, ni nací hombre, ni pretendo serlo o imitarlo, soy Mujer y muy orgullosa de coexistir como tal con total satisfacción e identidad  femenina física, mental y temperamentalmente definida.

En lo particular no permito que me involucren en el término hombre por más que la Real Academia de la Lengua Española lo haya institucionalizado como genérico a la traducción de Homo sapiens y haya omitido el término trascendental y propio que deviene del latín “Mulier sapiens”.

Soy persona y como tal quiero ser respetada sin  inmiscuirme en masculinizaciones, que quede bien claro el concepto para quien quiera definitivamente adoptarlo.

Cuando logremos acabar con los dioses contemporáneos monoteístas en todas las religiones que ejercen simultáneas su soberanía de superioridad totalitaria, fiscalizando nuestras mentes con un determinado comportamiento al que debemos responder como sumisas autómatas y saturadas culturalmente de falsos dogmas que fueron cimentados en angustias que provocan vivir con temores a ser condenadas y arrojadas a un sanguinario e incandescente infierno donde un tal Satanás energúmeno comerá nuestras vísceras por consecuencia de ser libremente portadoras de conciencia personal y colectiva, por no hacernos eco de mitos obsoletos, por gozar de discernimiento propio y poder de decisión para asumir la conducta a seguir que nos indique un razonamiento cabal de emancipación impedida, comenzaremos a desmantelar las rancias creencias e ilustraciones que nos aterrorizan.

Surgirá entonces y sin duda alguna la divinidad femenina que prueba la interpretación de origen griego el significado que todo lo que se refiere a la mujer está íntimamente ligado a sus genitales, así también, la ginecocracia que es el gobierno de las mujeres como destaqué en otra de mis conclusiones revelada en el diccionario de mi autoría por consiguiente, democracia debiéramos pasarla a interpretar como gobierno conjunto de ginecocracia y penecracia, observando que a Platón, Sócrates y Aristóteles se les pasó por alto esta definición conjunta.

Pienso a veces que muchos se preguntarán: ¿Cómo es que a esta mujer se le ocurre tocar la cuna de la filosofía con semejante ironía? A la cual respondo con una sutil sonrisa: “es que señores se han olvidado que existimos, que la sacerdotisa Diotima de Mantinea fue la que le enseñó filosofía a Platón y a Sócrates y es muy poco reconocida. (*1)

Debemos soltar las ligaduras a ese pasado avasallador, de toda esta malformación didáctica y lingüística que arrastramos desde una ranciedad ancestral creada por filosofías misóginas de esos reconocidos "grandes pensadores".

Lastimosamente seguimos transfiriendo una genética mental hereditaria como incuestionable colmada de ilustraciones segregacionistas.

La democracia se define también a partir de la  clasificación de las formas de gobierno realizadas por Platón, primero, y Aristóteles, después, en tres tipos básicos: Monarquía (gobierno de uno), Aristocracia (gobierno «de los mejores» para Platón, «de los menos», para Aristóteles), Democracia (gobierno «de la multitud» para Platón y «de los más», para Aristóteles).

En síntesis como resultado: ¿No debiéramos señalar como penecracia al gobierno de los varones para ser ecuánime en el lenguaje español? A esto no debe caberle ninguna duda.

Si bíblicamente dios creó al hombre (vocablo genérico mal aplicado de ambos sexos) a su imagen y semejanza, evidencia entonces que este dios es andrógino, o de lo contrario quedamos totalmente fuera de la creación endiosada, porque si lo atribuimos exclusivamente al varón cabe hacerse la pregunta consecuentemente: ¿Quién creó a la mujer entonces? Si le cargamos a este dios una varonil categoría de creador representado casi siempre por un perfil de octogenario gobernante progenitor de todo el universo.

Señalo especialmente que en la ilustración siguiente no he desmasculinzado  el lenguaje por ser copia fiel del sondeo que suelo hacer como con otras investigaciones y paso a transcribir del griego el origen de la palabra andrógina/o.

El término fue mencionado por primera vez por Platón, que en su obra “El Banquete” menciona a un ser especial que reunía en su cuerpo el sexo masculino y el femenino y/o masculino-masculino y femenino-femenino.
Según cuenta el mito, estos seres intentaron invadir el Monte Olimpo, lugar donde vivían las divinidades griegas, y Zeus, padre de los dioses y los hombres que gobernaba el Olimpo, al percatarse de esto, les lanzó un rayo, quedando éstos divididos en dos.
Desde entonces, se dice que el hombre y la mujer andan por la vida buscando su otra mitad.

Este mito daría explicación a la homosexualidad y heterosexualidad en la antigüedad ya que según el cuento también habría andróginos compuestos por lo que serían dos hombres y andróginas integradas por dos mujeres.

Muchas veces habrás escuchado una teoría que interpreta el amor como una fuerza que empuja a una persona a buscar su complemento psicológico en la relación de pareja con otra persona (de esta historia mitológica deviene el tan famoso término: "media naranja").

Platón nos relata cómo en otros tiempos existían una clase particular de ser humano que se llamaba andrógina/o; este ser reunía en sí a los dos sexos: el sexo femenino y el sexo masculino.

Los seres humanos tenían formas redondeadas: la espalda y los costados colocados en círculo. Contaban con cuatro brazos, cuatro piernas, dos rostros y una sola cabeza. Tales cuerpos resultaban muy vigorosos y concibieron la idea de combatir a los dioses del Olimpo. Zeus, entonces, planeó un medio para debilitar a los seres humanos: dividirlos en dos.

Desde entonces los humanos tuvieron que caminar sólo con dos piernas. Hecha esta división, cada mitad hace esfuerzos para encontrar a su otra mitad.

Cuando logremos romper las cadenas a este pasado y el presente lo hagamos emancipador de culturas y religiones que resultan irracionales y discriminatorias, sepultando mitos y barriendo lo retrospectivo daremos el comienzo a una nueva humanidad.

Sin respetar nuestro cuerpo y ridiculizarlo semidesnudo en una protesta callejera por el derecho a decidir pierde su valor de legítima convicción,  porque si no me respeto a mi misma difícilmente entonces seré respetada por los demás, por el contrario quedarán expuestas a una reprobación grotesca o de desequilibrio emocional.

Ante cualquier exigencia fundada de nuestras facultades que demanden una transformación social, recordemos como aquellas primeras feministas que decidieron cambiar el rumbo de la historia y la condición social de las personas, no recurrieron al ridículo en manifestaciones de violencia y menos en exponer sus anatomías pintarrajeadas en nudismos públicos, simbolizando un derecho satirizado a la vista del resto de los transeúntes.

Muchas de estas feministas pagaron con sus vidas la evolución de nuestros días y por sus luchas de conseguir el derecho al voto fueron intensamente perseguidas y ejecutadas pero aun así siguieron con sus severas convicciones la libertad de elegir y ser elegidas.

Como siempre el sistema imperante se mofa de nosotras  y nos convertimos inconscientemente partícipes de una muy buena maniobra machista. Nos han dividido en bandos, nos han enfrentado unas con otras para jactarse de la disputa desatada.

El estar a favor o en contra del aborto se puso de moda y en juego como partido de fútbol, es un trofeo que se usa políticamente para beneficio propio de algunos gobiernos,  monopolios de obras sociales o del mercado farmacéutico, y a la hora en que las mujeres deben definir su voto, embaucándolas en promesas de una determinación favorable a cambio de obtener un sufragio beneficioso.

Prostitutas o santas, raras o heterosexuales, brujas o bellezas, invariablemente involucradas en estereotipos de un catálogo intransigente con valores definidos ciertamente por el varón a su antojo, resulta la mujer un instrumento de utilidad para su miserable servicio.

Las grandes revoluciones como sostengo repetidamente han sido siempre ideológicas y no sexistas o bélicas, esto del aborto tan en uso en la actualidad conjuntamente con otros separativismos hacen a lo expuesto una mera misoginia encubierta, porque son ellos los que siembran la espina de la discordia.

Renaceremos entonces como el Ave Fénix de las más legítimas cenizas de libertad individual y cuando logremos hacer en mil pedazos los escombros del pasado que cargamos esclavizadas a una genética ilustrativa de cómo ser mujer, la justicia dejará de ser ciega.

Y esto no termina aquí, la historia continúa y continuará marcando nuestra evolución a medida que vaya transcurriendo el tiempo de cambio. Tal vez otras al igual que yo sigan sumándose y escribiendo esta nueva historia hasta llegar al final del camino.

©María Cristina Garay Andrade©
 Buenos Aires – Argentina



(*1) Diotima de Mantinea (en griego: Διοτίμα) es una filósofa que juega un rol importante en El Banquete de Platón
Sus ideas son el origen del concepto de amor platónico. En El Banquete, una serie de hombres discuten sobre el significado del amor, entre los que Sócrates es el orador más importante. Él dice que en su juventud aprendió la “Filosofía del Amor” de Diotima, quien fue una sacerdotisa o vidente. Sócrates dice además que Diotima prescribió sacrificios, mediante los que se libraron exitosamente de la plaga que agobiaba a "Atenas" por 10 años.
Diotima le da a Sócrates una genealogía del amor, diciendo que es el hijo de la Circunstancia y la Necesidad. En su visión el amor no es delicado, sino áspero y mezquino. Duerme en los pórticos y es el maestro del engaño. El chico amado es delicado, pero el viejo amante que busca al joven es pobre, ingenioso y manipulador.
Sobre el amor la más importante tesis de Diotima es que, en realidad, éste es un anhelo por la inmortalidad. Ella dice que todos tenemos un deseo de fama eterna; sólo el sabio reconoce la diferencia entre la procreación física y la espiritual. Existen dos tipos de amor: el físico y el espiritual. Mientras el amor físico trata de preservar a la persona y alcanzar la inmortalidad a través de la descendencia, el amor espiritual da luz a ideas y pensamientos, que de por sí son inmortales. El fin ulterior del amor es ayudarnos a ascender al conocimiento de lo divino.